Alien: Romulus ha sido un pelotazo para Disney y 20th Century Studios, encontrando de nuevo la saga el éxito de la mano del director Fede Álvarez. El realizador, formando tándem con el guionista Rodo Sayagues para la elaboración de la historia, han logrado poner a Alien de nuevo en primer plano volviendo a las raíces originales de la franquicia donde el terror, la tensión y los sobresaltos son una constante. Para conseguirlo, Álvarez optó por un enfoque de rodaje clásico alejado de una gran cantidad de efectos especiales, primando por la artesanía, pero también midió muy bien otros detalles, como el uso de la banda sonora y cómo esta logra sumergir todavía más al espectador en la acción que tiene lugar en la estación científica Renaissance.
Las bandas sonoras están presentes en toda película, pero no siempre destacan y tienen un impacto en la narrativa. En el caso de Alien: Romulus, la banda sonora compuesta por Benjamin Wallfisch es un elemento más de la trama, realzando los acontecimientos que se suceden.
No es la primera vez que Wallfisch pone música a una película con tintes de terror, habiendo creado previamente la banda sonora de It, It: Capítulo 2 y El hombre invisible. Pero no solo esto, en el terreno de la ciencia ficción también colaboró con Hans Zimmer en Blade Runner 2049, habiendo ciertos pasajes en Alien: Romulus que recuerdan a esta.
Alien: Romulus tiene una banda sonora muy destacada

Si el otro día hablábamos de la exclusión de la carrera por el Oscar de Hans Zimmer por Dune: Parte Dos, no sería de extrañar que Wallfisch sí que esté en ella por su trabajo en Alien: Romulus. A través de las notas de la banda sonora, somos capaces de sentir por todo lo que atraviesan los protagonistas encabezados por Rain (Cailee Spaeny), Andy (David Jonsson), Tyler (Archie Renaux) y compañía, en su pesadilla por la Renaissance. Claramente, al igual que sucede en la película, la tensión en las partituras va in crescendo, desde el misterio hasta desembocar en momentos que transmiten puro pánico.
Desde el momento en el que aparecen los primeros abrazacaras, Alien: Romulus se convierte en desasosegante, habiendo xenomorfos a decenas y posteriormente algo peor. En el último tercio, la decisión de Kay (Isabela Moner) de inyectarse el compuesto con el que investigaban en el laboratorio de la estación, da pie a la aparición de la espeluznante criatura conocida como The Offspring, mitad humano y mitad xenomorfo.
Esa presencia terrorífica de The Offspring, se ve maximizada por la pieza musical de Wallfiisch creada para este ser, consiguiendo poner los pelos de punta con solo escucharla, acorde al nivel de amenaza cuando Rain se lo encuentra cara a cara inesperadamente y posteriormente hiere a Andy. Desde su creación, el xenomorfo ha sido a buen seguro motivo de más de una pesadilla, pero The Offspring es todavía mucho más intimidante, al cual si se le llega a dar más minutos en la película hubiese elevado las dosis de terror todavía más.
El éxito de Alien: Romulus se ha cimentado en base a buena historia y una ambientación al nivel de las dos primeras entregas de la saga, sumándole a ello personajes bien construidos como los Rain y Andy, además de la banda sonora de Benjamin Wallfisch que le viene como anillo al dedo.