Dejar el mundo atrás, la nueva cinta de Netflix basada en la obra literaria homónima del escritor estadounidense Rumaan Alam, llegó a la plataforma el pasado viernes y tanto su trama en general, como el final en particular, han dado en estos tres días para todo tipo de debates y especulaciones, debido en parte a que muchas de las situaciones que suceden a lo largo del metraje están sujetas a la interpretación del espectador.

Escrita y dirigida por Sam Email, conocido creador de la serie Mr. Robot, la película cambia algunos aspectos clave del devenir de la historia con respecto al material original de Alam, siendo el final una de ellos, dejando en el momento del inicio de los títulos de crédito una sensación de que el filme es un compendio de todos los males que adolecen actualmente a la sociedad y con serias advertencias de lo que puede llegar a suceder en un futuro próximo, aunque ahora no lo parezca.
Más allá de ciertas situaciones como es el caso de esas apariciones recurrentes de los ciervos y otros animales como los flamencos a lo largo de la trama, con extraños comportamientos que parecen estar asociados a la destrucción de su hábitat natural debido a las consecuencias del ciberataque, gran parte del mensaje de la película está dirigido a remarcar la dependencia excesiva que existe en la actualidad de la tecnología, haciendo que en muchos casos ya no se sepa como actuar en diferentes situaciones si no es con la ayuda de esta. Además, también se plasma en momentos clave cierto egoísmo por parte de los personajes, con acciones que no tienen el menor sentido ante los hechos que están aconteciendo, habiendo varias situaciones remarcables, como es el caso de la visita a la casa del personaje interpretado por Kevin Bacon y el final que involucra directamente a Rose, interpretada por Farrah Mackenzie.

La visita a la casa de Danny
Cuando Amanda (Julia Roberts) llega al supermercado después de instalarse con su familia en la casa de los Scott, observa que en el aparcamiento hay un hombre, Danny (Kevin Bacon), cargando su camioneta con una gran cantidad de suministros de todo tipo, algo que a primera vista a Amanda le resulta extraño, pero que en ese instante no le da mayor importancia.
Esta simple aparición de unos pocos segundos de Danny, provoca que cuando posteriormente el ataque está en pleno apogeo, Amanda repare en sus actos y se lo diga a George (Mahershala Ali), afirmando este que sabe de quién se trata, pues es su contratista. En un momento dado de la trama, durante una excursión al bosque por parte de Archie (Charlie Evans) y Rose debido a que esta le había pedido seguir a los ciervos, el primero es infectado en la pierna por algún tipo de toxina, siendo esto la principal consecuencia de que posteriormente enferme, teniendo que requerir ayuda médica, aunque esto no está nada fácil, pues todas las carreteras hacia la ciudad están bloqueadas. La única solución que se le ocurre a George, es ir a visitar a Danny, pues piensa que posiblemente tenga medicinas que puedan ayudar a Archie.
Una vez en la casa de este, George y Clay (Ethan Hawke), intentan dialogar con Danny para que ayude a Archie proporcionándoles algún medicamento que pueda ser utilidad. Como buen paranoico que es, este se niega, llegándoles a apuntar con una escopeta para que se marchen de su propiedad. La circunstancia curiosa de toda esta situación es que llegados a un punto, Clay le ofrece a Danny dinero para que les ayude, oponiéndose este por completo al manifestar que a partir de ahora el dinero no tendrá valor, pero tras unos momentos de tensión, finalmente acaba aceptándolo y posteriormente le vemos contando los billetes.

Toda esta escena no tiene mayor propósito que demostrar que las personas independientemente de la situación, suelen caer en los instintos básicos, y al final el dinero, por mucho que quizás no pueda ser de utilidad ante una situación de apocalipsis, sigue siendo dinero y sigue siendo un elemento de persuasión muy poderoso, demostrando con esto que Danny, por mucho que tanto George como Clay intentan apelar a su humanidad, lo que logra convencerlo en última instancia son los mil dólares que recibe.
Explicación del final y su significado
Durante todo el metraje de la película vemos como Rose está obsesionada con la serie Friends, provocando que cuando se caen las redes de comunicación debido al ataque a las infraestructuras, esta se quede sin la posibilidad de ver el final de la serie, iniciándose es ese momento una especie de crisis existencial en ella, que ya de por sí dice muchas cosas acerca de su persona, pues a pesar que lo que está sucediendo es grave, su única preocupación es no poder saber nunca como termina la mítica serie.

Una preocupación que lejos de apaciguarse, va todavía más en aumento a medida que va avanzando la trama y que adquiere su máxima expresión en la misma escena final de la película. En el punto álgido de la historia, Rose desaparece repentinamente de la casa, obligando a que las familias se separen, pues George, Clay y Archie, van a casa de Danny, mientras que Amanda y Ruth (Myha'la) tienen que ir en busca de esta no teniendo ni idea de donde puede estar. Después de un largo rato buscando, con una situación con los ciervos realmente peliaguda e instantes antes de que estallen varias bombas en la ciudad, ambas encuentran una casa apartada donde la niña ha irrumpido previamente, encontrando esta un bunker completamente funcional y con todo tipo de lujos para sobrevivir a un ataque como el que está teniendo lugar. Una vez en su interior, Rose da corriente a toda la estancia y se ponen en marcha varios sistemas que alertan que el país está siendo atacado por insurgentes. A partir de aquí, lo que llama poderosamente la atención es que Rose, quien instantes antes había escuchado la voz de su madre en el exterior llamándola, hace caso omiso a todo e incluso al grave ataque que está teniendo lugar en Nueva York, no llegando a pensar ni por un instante en ir a por su madre y Ruth para llevarlas al Bunker y todo ello debido a que encuentra la cinta de video con el último episodio de Friends, el cual se pone a visionar sin reparo, sin importarle lo más mínimo lo que pueda sucederle a los demás, dando prioridad a lo que más quería, aunque pueda parecer la cosa más nimia.

El final queda a la interpretación de cada uno, pero es más tendente a hacer ver la banalidad con la que se toman muchas circunstancias relevantes, en detrimento de otras que sí son de mayor importancia.