Dune: Parte Dos ofrece uno de los mayores espectáculos cinematográficos que se recuerden durante sus 2 horas y 46 minutos de duración, la secuela dirigida nuevamente por Denis Villeneuve está a un nivel tan excelso que desde el momento en el que te sientas en la butaca del cine y tienen lugar los primeros segundos, la emoción que te invade es difícil de explicar.
Lo conseguido por Villeneuve y John Spaiths en esta secuela que adapta la segunda parte del mítico libro de Frank Herbert, es algo realmente digno de alabar, por la dificultad que entraña llevar a la gran pantalla una obra literaria tan compleja, teniendo como muestra la primera adaptación de Dune que fue llevada al cine en 1984 dirigida por David Lynch, la cual en ningún momento supo captar la esencia de la historia que Herbert escribió en su momento.
El éxito de Dune: Parte Dos radica en muchos aspectos, una historia épica, fascinante y llena de emotividad, a la cual se llega en gran parte a través de la sublime banda sonora compuesta por Hans Zimmer, quien una vez más nos entrega una composición al alcance de muy pocos. El compositor alemán, ganador del Oscar por Dune: Parte Uno, vuelve a captar el espíritu de Dune con sus notas, siendo estas como si de un actor más se tratase, algo que muy pocas veces sucede. Es una obviedad que todas las películas tienen banda sonora, pero a lo largo de la historia del cine pocas composiciones consiguen tener una relevancia tan marcada en la trama como en Dune 2, no siendo el único caso, pues ya se había visto anteriormente en Star Wars con John Williams y El señor de los anillos de la mano de Howard Shore, además de otros ejemplos existentes, pero la inspiración de Zimmer a la hora de concebir la banda sonora de la epopeya de Herbert debe ser remarcada y tenida en cuenta por lo que representa en el éxito de la cinta de Villeneuve.
Momentos donde la banda sonora de Hans Zimmer para 'Dune: Parte Dos' es impactante
Dune: Parte Dos es todo un viaje que está lleno de emociones, más allá de ser una historia épica, la espectacular fotografía de Greig Fraser permite contar con secuencias de una gran belleza, que acompañadas con las partituras de Zimmer todavía tienen más relevancia. Desde el comienzo de la película, la banda sonora adquiere especial relevancia, pero hay varios momentos que quedan en la retina y días después de su visionado se siguen rememorando, siendo uno de estos cuando la relación entre Paul (Timothée Chalamet) y Chani (Zendaya) acaba de forjarse en las dunas de Arrakis, alcanzando su máxima expresión gracias a la pieza de Zimmer titulada A Time of Quiet Between the Storms.
En los puntos álgidos donde la acción se hace presente, la banda sonora también juega un papel destacado, siendo el caso del ataque a la cosechadora de especia de los Harkonnen, donde un gran grupo de Fremen emergen de las arenas del desierto para sorprender a sus enemigos. Entre ellos, Paul y Chani, quienes se encargan de sabotear la maquinaria y derribar un Ornithopter, todo ello bajo las notas de la partitura de Harvester Attack. Algo parecido sucede cuando Paul se sube por primera vez a uno de los icónicos gusanos de arena, donde la tensión del momento, envuelta en un sonido atronador que demuestra el gran trabajo realizado en este apartado, se une a la pieza musical titulada Worm Ride, que evoca la sensación de un gran logo conseguido.
La introducción de un personaje clave en la historia como es Feyd-Rautha Harkonnen (Austin Butler) tiene lugar en una secuencia espectacular en el coliseo en Giedi Prime, donde bajo el Sol Negro del planeta y una estética en blanco y negro, el sobrino del barón hace demostración de sus habilidades de combate y su carácter despiadado. Aquí, como no podía ser de otra manera, Zimmer opta por unas notas que evocan oscuridad y peligro a través de Harkonnen Arena.
En los minutos finales de Dune: Parte Dos, una vez los Fremen han derrotado a los Harkonnen y los Sardaukar, además del duelo entre Paul y Feyd-Rautha, Paul decide perdonar la vida al Emperador Shaddam IV (Christopher Walken) y tomar la mano de la Princesa Irulan (Florence Pugh) en un movimiento estratégico para asentar su poder ante las grandes casas. Toda esta secuencia se vive con una profunda emotividad, donde Chani ante tal decisión se siente de alguna forma traicionada, algo que se ve incrementado a su máximo exponente gracias a la composición titulada Kiss the Ring, la cual sin lugar a dudas entra a formar parte de las mejores piezas musicales de la carrera de Hans Zimmer.
La importancia de las bandas sonoras en el mundo del cine muchas veces pasa por alto, siendo un elemento fundamental para crear unas emociones que de otra manera no serían posibles. Dune: Parte Dos entrará en el Olimpo del séptimo arte, siendo recordada cuando se enumeren las mejores películas de la historia, y parte de este éxito inconmensurable pertenece a la banda sonora épica de Hans Zimmer, la cual merece ser reconocida.