El otro día repasando el catálogo de Disney+, me topé con el concierto de Billie Eilish grabado en 2021 en el anfiteatro Hollywood Bowl de Los Angeles. Como fan de la cantante estadounidense y del disco Happier Than Ever, no dude en darle al play y realmente quedé fascinado con lo que había visto tanto en el apartado visual como sonoro.
Lo primero que hay que destacar es que estamos ante más que un concierto al uso, como el propio título indica es una carta de amor a Los Ángeles y como tal debe llevar consigo una historia que contar, en este caso en formato animado. Durante todo el concierto, principalmente entre la interpretación de las distintas canciones, vemos a una Billie Eilish en forma de dibujo animado, con la finalidad de expresar mejor el significado de las letras, además de reflejar los sentimientos que a ellas van aparejadas.

Acompañada en todo momento por su hermano Finneas, el concierto transcurre entre momentos de intimidad, como si de un concierto unplugged se tratase, que contrastan con otros de una mayor dinámica. Hay que destacar que muchas de las pistas interpretadas, cuentan con la colaboración de la filarmónica de Los Ángeles dirigida por el reputado director de orquesta Gustavo Dudamel, poniendo más en valor si cabe las composiciones del álbum.
Un apartado audiovisual a la altura
En lo referente al apartado técnico, el concierto ralla a un nivel altísimo en cuanto a valores de producción. Dirigido por Robert Rodriguez (Sin City, Alita: Ángel de Combate), podemos destacar un apartado visual muy poderoso, los cambios de cámara están muy bien ejecutados y el juego de luces es impresionante, sacando a relucir unos colores muy vivos que se magnifican gracias a la tecnología Dolby Vision. Al respecto de esto tengo que decir, que hacía mucho tiempo que no veía algo que se viera tan bien en cuanto a nivel de definición, dejándome boquiabierto durante muchos momentos de los 65 minutos de duración, algo que sin duda también viene favorecido por la magnífica de idea de intercalar esa Billie en dos dimensiones a la que antes hacía referencia, apartado con el que, se contó con Patrick Osborne, animador de una gran cantidad de títulos de Disney, dando como resultado una serie de secuencia muy chulas, entre las cuales destaca la utilizada para ilustrar Not My Responsibility, muy acorde al mensaje de la canción y la que aparece al final del concierto, donde ya en la soledad del escenario Finneas y Billie interpretan esa última composición que es Male Fantasy, mientras son observados con un sonrisa por la figura animada de la cantante estadounidense.
No puedo dejar de destacar lo más importante en un concierto, el sonido. El apartado sonoro está igual de cuidado que el visual, con un nivel de detalle que hará las delicias de los más audiófilos. Gracias a la utilización de la tecnología Dolby Atmos, nos encontramos con un sonido envolvente rico en matices que amplifica la experiencia, una prueba de ello está en la interpretación de la canción GOLDWING.

En definitiva, Happier Than Ever: Una carta de amor a Los Ángeles, merece la pena ser visto, no solo por el apartado musical, que ya de por sí es un motivo de peso, si no también, por el apartado artistico a nivel visual que el concierto lleva aparejado y que demuestra el cariño con el que se realizó esta producción.
El concierto de 65 minutos de duración, está disponible para su visualización en la plataforma Disney+.