La Casa del Dragón está retorciendo la trama de la temporada 2 hasta hacer imprevisible lo que puede suceder en los 3 episodios restantes. La traición sobrevuela tanto en el bando de los Negros como en el de los Verdes, habiendo personajes que tienen su propia agenda en contra de los intereses de los suyos, dando lugar a decisiones que pueden provocar un paso en falso en esta partida de ajedrez que se está jugando para hacerse con el poder del Trono de Hierro.
Después de los impactantes acontecimientos del episodio 4 correspondientes a la batalla de Reposo del Grajo, el panorama actual es de absoluta incertidumbre para ambos bandos, pues la muerte de Rhaenys ha causado pesar para Rhaenyra y los suyos, mientras que el ataque fratricida de Aemond a Aegon, ha dejado a este último herido de gravedad y sin poder ocupar el trono de rey, el cual está vacante hasta encontrar un regente.
Alicent sospecha de que Aemond ha atacado a Aegon

El estado de Aegon es delicado, habiendo sobrevivido al ataque de Aemond y Vhagar, pero lo ha hecho con graves quemaduras y múltiples fracturas a lo largo de su cuerpo, siendo incierto su destino. Alicent está convencida de que Aemond ha tenido algo que ver con el ataque a Aegon, viéndole capaz de matar a su hermano para ocupar el Trono de Hierro con todo lo que ello conlleva. Alicent está cada día más convencida de que cometió un gran error al malinterpretar las palabras de Viserys a la hora de nombrar a su sucesor, viéndose esto refrendado por los recientes acontecimientos que ponen de manifiesto que una guerra civil será desastrosa para todo el reino sin importar la clase.
Después de preguntar a Criston Cole qué sucedió en Reposo del Grajo y ser éste bastante evasivo, Alicent está casi convencida de que los actos de Aemond fueron perturbadores, siendo consciente de que Aemond no puede ser bajo ningún concepto el rey regente. Es por ello que Alicent se postula nuevamente para ser la reina regente, como ya sucedió cuando Viserys cayó enfermo, pero los miembros del consejo le dan la espalda a Alicent para nombrar a Aemond, algo que su madre sabe que no es nada bueno dada la maldad que este ha demostrado en varias ocasiones, pues hay que recordar que ya ha matado a sangre fría a dos de sus parientes como Lucerys y Rhaenys, y casi lo consigue con Aegon.
Rhaenyra está en una encrucijada que requiere una solución
La ausencia de Rhaenys trae complicaciones al bando de Rhaenyra, pues el consejo muestra reticencias de que sea una mujer la que tome las decisiones por mucho que sea la legítima heredera de Viserys, intentando siempre socavarle su autoridad. Por ello, Rhaenyra tiene que buscar un cambio de efecto que refuerce su liderazgo, aquí es donde entra en juego entre otras cosas la figura de Mysaria, quien tiene visos de convertirse en una poderosa aliada, cuya sabiduría y manejo de las situaciones supone una gran baza, sirviendo a Rhaenyra como consejera en las sombras. Es Mysaria quien le dice a Rhaenyra que tiene la posibilidad de ganarse a los ciudadanos de Desembarco del Rey si juega bien sus cartas, indicando muy acertadamente que el gesto de pasear la cabeza del dragón de Rhaenys como trofeo de guerra se puede volver en contra de los Verdes, considerándose esto un mal augurio dada la categoría mitológica de los dragones en Poniente.

A todo esto, Rhaenyra también sabe que tras la muerte de Rhaenys necesita alguien respetable a su lado, ofreciéndole a Corlys ser su mano, aunque este tiene ciertas reticencias de aceptar. En este sentido el papel de su nieta Baela puede resultar fundamental para que ocupe el puesto, pues en los instantes finales del episodio le intenta convencer con un discurso muy poderoso, donde además se demuestra que estamos ante un personaje con un gran carácter.
Daemon parece estar dispuesto a traicionar a Rhaenyra
Daemon se está desviando hacia sus propios intereses, teniendo cada vez más claro que quiere ser el rey por encima de Rhaenyra. Los últimos movimientos y palabras evidencian que ansía el Trono de Hierro, lo que deja un escenario todavía más complejo, pudiendo crearse una escisión de los Negros que propicie que haya tres candidatos a hacerse con el poder, lo que evidentemente recrudecería la guerra.

Por otra parte, su estancia en Harrenhall está conduciendo a Daemon a la locura más absoluta, siendo las alucinaciones cada vez más frecuentes, haciéndole tomar decisiones muy controvertidas y alejadas de lo que es el bien común para su bando, como por ejemplo masacrar a los Bracken.
Rhaenyra pone un nuevo plan en marcha junto a Jace

El conflicto se encamina como no podía ser de otra manera a una guerra donde los dragones tendrán un impacto específico. En este sentido, los Verdes cuentan con el temible Vhagar, pero Rhaenyra tiene una ventaja y es que cuenta con más dragones, pero el único inconveniente es que no hay jinetes para montarlos, debiendo descender para ello de los Targaryen para tener el vínculo requerido. Es aquí donde a Jace se le ocurre la idea de indagar en los archivos de Rocadragón donde debe haber registros de descendientes del linaje Targaryen que se desposaron con otras casas nobles y viven bajo otros apellidos. De esta forma parece que se iniciará la búsqueda de los más idóneos para ser jinetes de dragón.