Star Wars siempre se ha caracterizado por tener villanos implacables y tenebrosos, personajes como Dath Vader o Darth Sidious — el emperador Palpatine —, son el máximo exponente de ello, siendo personajes movidos por el mal y el poder, a los cuales no les importa la magnitud de sus actos con tal de conseguir sus objetivos. Pero este comportamiento no solo está presente en los dos principales antagonistas de la saga, sino que está presente en todos, Darth Maul, Dooku, Grievous o el mismísimo Thrawn.
Toda esta constante en los distintos villanos, hace recapacitar acerca de lo que estamos viendo en la serie de Ahsoka, donde desde el primer momento se presentaron a Baylan Skoll (Ray Stevenson) y Shin Hati (Ivanna Sakhno) como unos de los enemigos a batir, pero si nos fijamos bien en el comportamiento de ambos, podemos observar cómo difieren del prototipo de villano que hemos estado teniendo en la saga creada por George Lucas, algo que genera dudas en relación a si estos dos personajes no albergarán en el futuro algún giro de guion.
En un primer momento se pensaba que maestro y aprendiz, podían ser Sith, pero según se ha ido desarrollando la trama, junto con el color de sus sables naranja, evidencian que no lo son, pero tampoco Jedis al uso, aquí es donde entra en juego el termino de Jedi oscuro, jedis inclinados al lado oscuro, ya que a menudo discrepaban con algunas de las enseñanzas de la Orden.
Baylan fue un antiguo Jedi

Desde el primer episodio de Ahsoka, sabemos gracias a Huyang, que tanto Baylan Skoll como Shin Hati han recibido enseñanzas Jedi en algún momento, habiendo pertenecido el primero de facto a la Orden Jedi, sabiendose posteriormente que este consiguió sobrevivir a la Orden 66, momento a partir del cual presumiblemente dejó de ser un Jedi.
Durante los episodios que llevamos de Ahsoka, hemos visto que Baylan Skoll no repudia por completo a la Orden Jedi y por ende tampoco tiene ese odio visceral hacia los Jedi como es el caso de los Sith. Ya en el episodio 2, Baylan dio muestras de ello, pues cuando Morgan Elsbeth le comunica que se van a tener que encargar de Ahsoka, muestra ciertas reticencias por la escasez de Jedis que quedan en la galaxia, que unido a lo sucedido en el episodio 6 lo confirma todavía más.
En dicho episodio, ya en el planeta Peridea, Shin Hati le pregunta a su maestro si echa de menos la Orden, a lo que este responde afirmativamente refiriéndose a los ideales que esta tenia, pero no a su debilidad, en clara alusión a que los Jedi no vieron venir las intenciones de Palpatine, ni tampoco supieron ver que Anakin estaba virando hacia lado oscuro, hechos que propiciaron la era imperial.
El pacto de Baylan con Sabine
Después del duelo con Ahsoka, Baylan hace el trato con Sabine de que a cambio de entregarle el mapa para poder viajar a Peridea, él se compromete a llevarla hasta Ezra, una acción extraña ya que cualquier Sith no hubiese accedido a ese trato, pues desde la superioridad que tenía Baylan en ese momento habría intentado acabar con ella una vez tuvo el mapa en su poder, pues aparentemente no obtiene ningún beneficio.
Thrawn es el medio de Baylan, no el fin
A priori, el objetivo de Baylan parecía ser el de rescatar a Thrawn (Lars Mikkelsen) de su exilio, pero si lo pensamos bien, él vivió la peor época del imperio y fue perseguido como todo Jedi, así que no tiene mucho sentido que quiera que se repita.
La clave está en lo que le dice a Shin Hati en el último episodio y es que al parecer en Peridea existe algún tipo de poder superior que llama su atención poderosamente, pues al final, este no deja de ser el antiguo reino de las brujas de Dathomir, por lo que puede albergar misterios hasta ahora ocultos. Este verdadero objetivo y no el de rescatar a Thrawn, puede que en algún momento le haga darse cuenta que la vuelta de este no es lo más adecuado.

Baylan y Shin no parecen ser del agrado de Thrawn
Cuando Thrawn permite a Sabine marcharse para buscar a Ezra, este encomienda a Baylan Skoll y Shin Hati la tarea de seguirla, pero estos a su vez, también son seguidos por un escuadrón de Death Troopers, extrayéndose la lectura que no se fía lo más mínimo de ellos y que en cualquier momento los puede traicionar, si así lo considera oportuno. Es más, Thrawn, le reconoce a Morgan que su objetivo es salir de Peridea y no le importa lo más mínimo quien se quede atrás, por lo que si en un momento dado, su plan queda comprometido, no dudará en acabar con todos aquellos que se interpongan en su camino para salir de ahí y como hemos comentado anteriormente, no parece que Baylan esté muy alineado con el objetivo de Thrawn de volver a someter a la galaxia, sino que busca algo distinto.

Los enemigos abundan y los aliados son escasos
El escenario que se plantea para los dos últimos episodios de esta temporada de Ahsoka, no es el mejor ya que el enemigo es muy superior, por lo que es muy difícil que Ahsoka, Sabine y Ezra, puedan hacer frente en solitario al escuadrón de Death Troopers de Thrawn, a las Grandes Madres, a esa especie de Moradores de las Arenas con armadura y otras amenazas que puedan aparecer. Por ello, es difícil pensar que también se vayan a tener que enfrentar a Baylan Skoll y Shin Hati, pues no dejan de estar versados en las artes Jedi y son duros adversarios, hecho que nos puede llevar a pensar que la teoría de una alianza para luchar contra Thrawn puede darse.

No tardaremos en descubrir como se desarrollan los acontecimientos y si hay redención o no, para Baylan y Shin. Próxima parada, el episodio 7 que podremos ver como cada miércoles en Disney+.