El mundo de las series de televisión hace tiempo que se instauró en cotas antes reservadas solo a grandes producciones cinematográficas, viviendo una edad dorada donde la calidad es muy superior a lo que alguna vez fue, gracias a la apuesta firme de los estudios y la aparición de las plataformas de streaming, permitiendo que los presupuestos destinados a su realización se equiparen al de grandes superproducciones de la gran pantalla, e incluso a veces superiores. Evidentemente esto ha repercutido significativamente en la calidad, pudiendo considerarse muchas series como películas extendidas, siendo esto lo que ocurre con Shogun, la nueva serie de FX que en España podemos ver a través de Disney+.
Basada en la novela homónima del escritor James Clavell, Shogun ha estrenado los dos primeros episodios de los diez que componen la temporada, haciéndolo entre críticas sobresalientes que destacan que estamos ante una de esas series que parecen destinadas a situarse en el Olimpo de la televisión, para ello solo hay que reparar en la puntuación perfecta que ostenta en Rotten Tomatoes. La realidad es que, desde los primeros segundos de metraje se tiene la sensación como espectadores de que vamos a asistir a algo grande durante esos diez episodios que abarcan el libro de Clavell.
El episodio 1 titulado Anjin (piloto en japonés), empieza directamente introduciendo una de las figuras protagónicas de la historia como es John Balckthorne (Cosmo Jarvis), un piloto inglés de un navío de origen holandés llamado Erasmus, el cual va prácticamente a la deriva después de haber perdido a gran parte de la tripulación, todo unido a la escasez cada vez mas acuciante de víveres. El objetivo de la expedición básicamente es llegar a Japón, una tierra aislada difícil de encontrar de la que se han oído rumores, pero durante su travesía, la esperanza se ha ido perdiendo paulatinamente hasta que el capitán del barco decide suicidarse al afirmarle a Blackthorne que ha perdido toda la esperanza, algo que este último se niega a aceptar. Poco después, curiosamente llegan a tierra, donde un grupo de samuráis registra el barco y encuentran todo tipo de armas, dinero y otros bienes que hacen indicar que se trata de un barco pirata, por lo que deciden encarcelar a toda la tripulación incluido Blackthorne.
Posteriormente, la narración nos transporta a lo que será el eje central de la historia de Shogun, poniendo el foco en la figura de Lord Toranaga (Hiroyuki Sanada) mientras monta a caballo por una llanura de terreno junto a su sequito, observando a su halcón mientras caza. Esta secuencia pone de manifiesto la belleza de Shogun, con una atención al detalle palpable por parte de sus responsables en cuanto a recreación del periodo histórico se refiere. Toranaga es uno de los cinco lideres del Consejo Regente encargados de gobernar el país desde la muerte del Taik? (gobernante supremo de Japón hasta el año 1599), sin embargo, el resto de regentes consideran que la ambición de Toranaga es hacerse con el control total de país, por lo que reclaman su presencia en el Castillo de Osaka para realizarle una audiencia, donde por unanimidad toman la decisión de amonestarle y le amenazan con destituirle de su cargo. Todo ello es parte de una estrategia para privar de su poder a Toranaga, considerándole como una amenaza para desbaratar sus planes, especificando claramente los regentes que en un momento determinado votarán para matarle.
El personaje de Blackthorne es una pieza vital para el desarrollo de la trama, pues en calidad de protestante, este mantiene un feudo contra los católicos, cuyos máximos exponentes en aquella época fueron los españoles y los portugueses, siendo estos últimos quienes mayor presencia tenían en Japón en ese momento, teniendo planes para hacerse con el control del país con la connivencia de algunos lideres nipones, los cuales también se habían convertido al catolicismo. Toranaga, quien es consciente que de no hacer algo su muerte es segura, manda investigar el barco de Blackthorne, dando pie a que este sea llevado a Osaka y tenga la oportunidad de tener una audiencia con Toranaga, siendo a partir de ese momento donde expone las prácticas de los portugueses, afirmando que estos y los españoles se repartieron ciertos territorios, entre los cuales está Japón, “perteneciendo” a Portugal. Esta revelación desconcierta a Toranaga, enterándose además de que los portugueses tienen una base secreta en Macao comandada por mercenarios japoneses, utilizada por los católicos para el tráfico de unas armas que se utilizan para crear revueltas en Japón, con el objetivo de sustituir a todos los gobernantes no cristianos por sus propios líderes.
Además de Toranaga y Blackthorne, el otro personaje clave es Toda Mariko interpretada por Anna Sawai, una mujer de plena confianza de Toranaga, la cual desde que se convirtió al catolicismo comenzó a estudiar portugués, pudiendo así comunicarse con Blackthorne sin la injerencia de los sacerdotes que ejercen como traductores. De esta forma, Toranaga puede mantener sus planes en secreto sin que esto llegue a oídos de los portugueses, antojándose un movimiento clave para acabar con los Regentes movidos por las riquezas que les proporcionan los sacerdotes.
El final del episodio 2 es una muestra de la deriva que puede tomar Shogun conforme vaya avanzando la historia, pues los regentes intentan asesinar a Blackthorne a través de una infiltrada en el Castillo de Osaka, solo que gracias a que Toranaga le cede sus aposentos a este como muestra de gratitud por la información revelada, la asesina no consigue su objetivo.
La intriga y los giros de guion serán una constante en Shogun, estando ante una serie que te atrapa en su ambientación e historia, deseando que llegue el siguiente episodio cuanto antes. Todo en la serie se hace interesante, apenas importa que en la mayor parte del metraje de estos dos episodios no haya acción y el peso de la narrativa se sustente sobre intensas conversaciones entre los personajes. Marks y Condo han conseguido que el espectador disfrute con los matices de la historia, recordando por momentos a El último samurái protagonizada por Tom Cruise, sobre todo en el episodio 2 cuando Blackthorne comienza a estrechar la relación con Toranaga y Mariko.