Sugar, la nueva serie de Apple TV+ estrenada hace un par de semanas contando con Colin Farrell en el rol protagónico, presenta una historia clásica de detectives donde la resolución de una desaparición se torna el eje central de la trama, no siendo muy distinta a otras historias de estas características, pero la serie creada por Mark Protosevich juega con una ambigüedad que hace pensar que es algo más que un thriller policíaco, dejando pistas sutilmente colocadas a lo largo de los primeros episodios, alcanzando su punto álgido en el tercero.
La trama de Sugar tiene indudablemente un halo de misterio, habiendo muchos frentes abiertos que van más allá de la desaparición de Olivia (Sydney Chandler), con revelaciones intrigantes acerca del personaje de John Sugar interpretado por Farrell, las cuales dan incluso pie a pensar que su trabajo como investigador es una tapadera de su verdadero cometido, algo que no hace más que acrecentarse con la reunión del club de poliglotas que organiza Ruby (Kirby) de la cual también se conocen muy pocos detalles en lo referente a su persona más allá de que ayuda a John en los casos que acepta.
Todo el mundo sabe de la predilección de Apple TV+ por las historias de ciencia ficción, siendo actualmente la referencia en la concepción de series de este género. Recientemente la plataforma de streaming de Apple ha estrenado títulos como Cocina con química y Los amos del aire, donde la fantasía no tiene presencia alguna, pudiendo pensar que Sugar también forma parte de esa expansión hacia otros géneros con el objetivo de abarcar más audiencia, pero tal y como se está desarrollando la trama de Sugar, no hay que descartar que esta vire bruscamente a la ciencia ficción. Antes de estrenar Sugar, Apple TV+ la promocionaba como "serie que cambia de género" (a través de Apple TV+ Press), algo raro viendo los dos primeros episodios, pero el tercero evidencia que sí que hay algo de cierto en esta descripción inicial de la plataforma. Además, la participación de Simon Kinberg en el apartado de la producción puede ser otro indicativo, siendo este el responsable de la serie Invasión.
A lo largo del episodio 3 hay pistas suficientes para darnos cuenta que Sugar va a acabar sorprendiendo con su trama, pudiendo dar lugar a uno de los giros de guion más impactantes que se recuerdan, siendo habitual que algunos personajes sorprendan, pero no que el tono de una serie cambie en mitad de esta.
La frase de Ruby a John da pistas de adonde se dirige la trama
La reunión del club de políglotas a la que es invitado John, parece una excusa para congregar a un grupo de personas que tienen en común algo más que saber hablar varios idiomas, dando la sensación de pertenecer todos a una especie de organización secreta, ya sea de tipo gubernamental o de otra índole. Lo que evidencia este hecho es que Ruby va llamando uno a uno a los asistentes para hablar con ellos, John incluido, haciéndole una serie de preguntas de control asociadas a los apuntes que este toma en un diario, donde expresa sus inquietudes personales acerca del caso de Olivia. Esto hace que Ruby le mencione a John que no debe vincularse emocionalmente con el caso, pues literalmente le dice, “estamos aquí para observarles, no para participar en sus vidas”, dando a entender como si no fuesen humanos.
La conversación de John con su amigo Henry también resulta clave
Antes de proceder a su encuentro en solitario con Ruby, John se encuentra con un viejo amigo llamado Henry (Jason Butler Harner), siendo la conversación en primera instancia de los más normal entre dos personas que hace tiempo que no se ven, pero a medida que esta avanza va derivando en algo más específico, incidiendo en ciertos aspectos de la conducta humana, con John haciendo hincapié en lo que se siente al observar el cruce de Shibuya en Japón. Además, se vuelve a dejar patente que ambos tienen un trabajo público que contrasta con su labor real, preguntándole Henry a John que tal lleva el “otro trabajo” en referencia al de detective.
Faltando todavía 6 episodios de la primera temporada de Sugar, es difícil vaticinar en qué dirección va a ir la trama, pues de tratarse de un thriller de investigación está claro que seguiría el procedimiento común de recabar pistas hasta dar con la solución, pero estas revelaciones que parecen querer dar a entender la existencia de un componente sobrenatural, generan una intriga por saber cuándo se va a producir ese cambio en la narrativa, siendo muy llamativo si acaba desembocando en una historia de ciencia ficción.