Shogun se encamina a su final, dejando por el camino un episodio 9 muy dramático y oscuro, donde la imprevisibilidad vuelve a ser un factor determinante, no habiendo el más mínimo atisbo de hacia dónde se va a dirigir la trama, creando en el espectador una tensión y hasta podríamos decir angustia por los sucesos que tienen lugar.
Después de conocer en el episodio 8 que Toranaga (Hiroyuki Sanada) sí que tiene realmente un plan, a pesar de los contratiempos de toda índole a los que se ha enfrentado, siendo su principal baza Mariko (Anna Sawai), lo sucedido en el noveno episodio titulado Cielo Carmesí, en referencia a esa estrategia diseñada cuidadosamente por Toranaga, es difícil considerar que haya sido plenamente orquestado dado las consecuencias que tiene.
Un episodio el de esta semana en el que Toranaga no tiene absolutamente ninguna presencia, desarrollándose toda la acción en la ciudad de Osaka, habida cuenta que el final del octavo episodio ya adelantaba la partida de Edo de Mariko, Blackthorne (Cosmo Jarvis) y Yabushige (Tabanabu Asano), teniendo distintos cometidos. Una vez en Osaka, el plan de Blackthorne y Yabushige es ofrecerle su lealtad al joven heredero del Taiko, pero como este es menor de edad, la decisión recae sobre Ishido (Takehiro Hira), quien rechaza el ofrecimiento de ambos, recriminándole por el camino varias cosas a Yabushige.
A pesar de la hora de duración, el arco argumental del episodio no deja momento para el respiro, entrando inmediatamente en juego Mariko, quien siguiendo las instrucciones de Toranaga pone en marcha una estrategia para dinamitar el reinado del terror de Ishido, presentándose ante este, el heredero y Ochiba no kata (Fumi Nikaido), quien recuerda los años que pasaron juntas, algo que no evita que Mariko cumpla con lo que ha ido a hacer a Osaka, que es llevarse consigo a Kiri y Shizu a Edo. Esto inmediatamente descoloca a Ishido, no dando permiso a Mariko para que parta por la mañana de Osaka, haciéndola una rehén más, aunque Mariko planta cara al afirmar que es libre para ir donde le plazca.
A partir de aquí, todos los acontecimientos se suceden de forma vertiginosa, estando decidida Mariko a salir de Osaka por la mañana, aunque Blackthorne intente impedírselo al decirle que los hombres de Ishido no se lo permitirán, pero es aquí cuando Mariko le revela una parte de su plan, y es que, si Ishido impide su partida, estará reconociendo que ha sido tomada como rehén, al igual que sucede con el resto de señores y señoras que mantiene prisioneros en el castillo. Al día siguiente, después de una conversación tensa con su hijo, Mariko se dispone a abandonar Osaka, pero se le impide salir al haber apostado un grupo de hombres de Ishido, es entonces cuando ante tal acto, Mariko manda a que su escolta acabe con dichos hombres, aunque al ser un reducido número con respecto a sus oponentes, perecen. La tesitura en la que se encuentra Mariko le obliga a ser ella quien, por medio de una especie de alabarda, realice una acometida contra el contingente de Ishido, pero finalmente se resigna ante la imposibilidad de lograrlo, aunque ciertamente parece un movimiento premeditado para exponer los métodos de Ishido, complementado con el hecho que Mariko expone que al no poder cumplir con las ordenes de su señor, ha deshonrado a este, por lo que anuncia que se quitará la vida al amanecer cometiendo seppuku.
Shogun es una partida de ajedrez, cada uno de los movimientos está medido al extremo, esto es lo que hace Mariko con su órdago, ya que sea cual sea el desenlace saca ventaja, siendo explicado por Lady Ochiba a Ishido, haciéndole ver que, si permite que Mariko se quite la vida, las grandes familias de Osaka se rebelarán contra él, y si permite que se vaya, el resto de rehenes también lo solicitarán.
Ochiba no kata sigue teniendo sentimientos muy profundos hacia Mariko
Ante los acontecimientos que se están sucediendo, Ochiba concierta un encuentro con Mariko, utilizando como pretexto que el heredero quiere verse con Blackthorne, necesitando este una traductora. Es entonces cuando Ochiba intenta disuadir a Mariko de los actos que está cometiendo, apelando al tiempo que pasaron juntas, creciendo como hermanas a pesar de que sus padres eran enemigos, no habiendo nada que pudiera separarlas hasta que Mariko fue enviada lejos. Si examinamos detenidamente la forma de actuar de Ochiba, esta está manteniendo una lucha interna entre sus ansias de poder y los sentimientos que todavía profesa por Mariko, inclinándose más la balanza hacia lo segundo. Esta escena, interpretativamente hablando por parte de Fumi Nikaido y Anna Sawai, es sobresaliente.
La conversación con Ochiba no hace cambiar de parecer a Mariko, por lo que Blackthorne es el siguiente en intentar que no se suicide, llegando a pedirle que considere vivir por él, pero después de cogerle la mano en un acto de cariño, Mariko se da la vuelta y se va, signo de determinación de proseguir con ello. El momento previo a que Mariko vaya a cometer seppuku, es verdaderamente tenso, esperando a que suceda algo que pare esa locura, llegando hasta el punto que Mariko se va a clavar el cuchillo conocido como tanto, cuando de repente irrumpe Ishido deteniendo la ceremonia, anunciándole además que le permite irse de Osaka. Hasta cierto punto, no sabemos cuál habrá sido el grado de influencia de Ochiba para que Ishido le conceda el permiso a Mariko para volver a Edo, pero viendo la reacción de la primera al término de su conversación con Mariko, diríamos que mucha.
La traición de Yabushige se consuma de manera definitiva
La salvación de Mariko proporciona una sensación de alivio, algo que se ve aderezado con ese encuentro nocturno que tiene con Blackthorne, volviendo a demostrarse los sentimientos que profesan el uno por el otro, pero si algo ha quedado patente a lo largo de Shogun, es que el drama acecha en cualquier rincón, y en el penúltimo episodio no iba a ser menos.
En medio de la tranquila noche, Yabushige consuma su traición más imperdonable como parte de esa promesa que le hizo a Ishido, compinchándose con este para que un grupo de asesinos asalte el castillo y maten a Mariko en represalia de sus actos. El revuelo despierta a Mariko y a Blackthorne, quienes inician una huida salvando por el camino a Kiri, Shizu y el bebé, así como a Yabushige, haciéndose pasar este por una víctima más. Al final, todos acaban atrincherados en un almacén de robustas puertas debido a los numerosos enemigos que los persiguen, el problema es que sus perseguidores portan explosivos para volar dichas puertas, intentando Blackthorne buscar algo lo suficientemente pesado para bloquearla, pero ante la negativa de Yabushige a ayudarle, Mariko se coloca contra esta, en protesta por el "vergonzoso ataque" de Ishido, produciéndose inmediatamente la explosión.
Es inevitable pensar que este ha sido el final de Mariko, siendo prácticamente imposible que haya podido sobrevivir a una explosión de ese calibre. Esto deja un episodio final que indudablemente estará marcado por este vil acto, pero al final, el conocido como Cielo Carmesí se basaba en dinamitar el poder de la ciudad de Osaka desde dentro, sin necesidad de emplear un gran ejército, aunque cabe esperar que algo de batalla habrá por parte de Toranaga, máxime cuando sepa que la traición de Yabushige ha sido la causante de la muerte de Mariko, hasta quien sabe si incluso Ochiba se volverá en contra de Ishido.