Sugar es una serie cuyo estilo está indudablemente marcado por el clásico genero noire de detectives, tantas veces visto en el mundo del cine a través de múltiples películas, pero el título de Apple TV+ protagonizado por Colin Farrell está dando signos claros de ir un paso más allá, desembocando en algo que puede romper por completo los esquemas de los espectadores y dar lugar a un cambio radical en la trama.
Tras la emisión de cuatro episodios no estamos más cerca de descubrir lo que le ocurrió a Olivia (Sydney Chandler), pero el halo de misterio que empieza a rodear a la historia se hace cada vez más notable, dando a entender que la desaparición de la joven no es el único reto al que se enfrenta John, cuya verdadera identidad está en entredicho, no sabiendo realmente su verdadera identidad.
Después de un episodio 3 sorprendente en cuanto a revelaciones se refiere, teniendo en cuenta esa reunión del club de políglotas en casa de Ruby (Kirby), pareciendo un pretexto para juntar a personas que tienen en común más que hablar varios idiomas, pudiendo tratarse de espías o incluso algo más, entrando aquí en juego un componente de carácter más fantasioso, que podría indicar que tanto John como el resto no fuesen en realidad humanos, sí tenemos en cuenta la frase de Ruby, “estamos aquí para observarles, no para participar en sus vidas”. En el capitulo de esta semana titulado Iluso, no se avanza mucho a este respecto, más allá de un par de frases de John, pero está claro que el creador de la serie Mark Protosevich va jugando con esta opción dejando algunas miguitas de pan y conversaciones aparentemente normales, pero que si se analizan no lo son tanto.
La insistencia de Ruby en que John acuda al doctor Vickers (Scott Lawrence) surte efecto, acudiendo por fin este a la consulta para ser examinado de sus problemas aparentes de salud relacionados con el temblor del brazo izquierdo. Vickers le hace a John todos los chequeos rutinarios, estando aparentemente bien, pero cuando se va a anudar la corbata tiene dificultades para ello, siendo ayudado por Vickers, quien le pregunta textualmente “necesitamos saberlo” en referencia a si esta bien. Ese uso de la palabra “necesitamos” es raro en este contexto, sobre todo teniendo en cuenta que Ruby responde ante Vickers, quien a todas luces parece ser algo más que un simple doctor, estando al tanto de lo que John está investigando.
Una vez más, vuelve a quedar claro que Ruby y por ende Vickers no quieren que John investigue a Stallings, no sabiendo muy bien cuál es el motivo para ello, pareciendo este estar implicado en la desaparición de Olivia, pues incluso hacia el final del episodio, vemos que tiene en su poder el colgante en forma de cruz que la joven porta en muchos de sus videos publicados en las redes sociales.
El pasado de John parece fabricado
La visita de David y Kenny a la madre de John para conocer los puntos débiles de este y así disuadirle de buscar a Olivia, sale según lo planeado, pero para John, pues estaba completamente al tanto de que iban para allá, poniéndose de acuerdo con su “madre” para que les cuente mentiras básicamente. La duda que surge es que por la conversación que mantienen ambos, no parecen ser madre e hijo, es más, durante la llamada telefónica estre los dos, le llega a decir a John que tenga cuidado, pues “no pararán hasta descubrir quién eres”.
Por todo lo sucedido en estos primeros episodios, tiene pinta de que John no es ni mucho menos quien aparenta ser, dando incluso la sensación que su pasado ha sido fabricado a la medida de las necesidades.
Los trapos sucios de David salen a la luz
La desaparición de Olivia parece estar cada vez más ligada a los abusos de su hermanastro contra una gran cantidad de mujeres, pues la investigación lleva a John y a Melanie (Amy Ryam) a dar con una amiga de Olivia que fue víctima de este, sacando a la luz en modus operandi de David, quien, a través de la influencia de su padre, tapaba todos los escándalos a base de talonario para mantener calladas a las mujeres afectadas. Olivia es consciente de estos atroces actos, algo que pudo llevarla a ser el objetivo de alguna conspiración para que no hablará. En los instantes finales de este cuarto episodio, John decide compartir con Jonathan Siegel (James Cromwell) lo que ha descubierto sobre su nieto, pero antes de hacerlo, la noticia es filtrada por alguien a los medios, lo que provoca un infarto en el afamado productor, quien quizá empiece a comprender que la desaparición de Olivia es debido a esto. Sin embargo, para acabar de redondear el caos en el que se está convirtiendo la trama, David recibe una llamada de Stallings para que no se vaya de la lengua en referencia a una series de asuntos muy turbios que ambos tienen entre manos, siendo más que posible que esté relacionado con la trata de mujeres, a tenor de lo también visto en casa del delincuente, donde tienen una habitación cerrada con candado en la que podría haber mujeres secuestradas, pudiendo estar entre ellas Olivia si tenemos en cuenta que su colgante está guardado en un armario de la casa.
Sugar se va complicando cada vez más cuando todavía faltan la mitad de los episodios por emitirse, habiendo dos arcos argumentales claros, por un lado, el de Olivia y por otro el de la identidad de John y esa organización de la que él mismo forma parte junto a Ruby y Vickers, no pudiendo descartar en absoluto un giro de guion hacia el género de ciencia ficción que tanto le gusta a Apple TV+.