Jenna Ortega está en conversaciones para protagonizar junto a Glen Powell la nueva película de J.J. Abrams producida por Warner Bros., según ha informado el medio Deadline.
Un proyecto cinematográfico del que nada se sabe a nivel argumental, más allá de que el guion ha sido escrito por el propio Abrams y que será producida por su productora Bad Robot, la cual en 2019 firmó un acuerdo de colaboración con el estudio para la elaboración de nuevos proyectos, no siendo hasta ahora cuando esta idea de Abrams parece haber cuajado.
Jenna Ortega y Glen Powell forman parte de la “Nueva Lista A” de actores de Hollywood, vistos por los estudios como reclamos para atraer a los espectadores a las salas de cine, traduciéndose esto evidentemente en mejores recaudaciones en taquilla.
Powell lleva en la industria desde el año 2003, pero no fue hasta su participación en Top Gun: Maverick de 2022 cuando ha empezado a ganar repercusión. Su papel de Jake 'Hangman' Seresin en la exitosa secuela protagonizada por Tom Cruise, le ha abierto las puertas de más interesantes papeles a Powell, quien desde entonces ha protagonizado éxitos como Hit Man. Asesino por casualidad, Cualquiera menos tú y Twisters. Además, está previsto que protagonice la nueva versión de Running Man dirigida por Edgar Wright y la película Monsanto de Netflix.
Por su parte, la meteórica carrera de Ortega viene propiciada fundamentalmente por el éxito de la serie Miércoles, donde su interpretación de la hija de los Addams le ha granjeado gran popularidad entre la audiencia. En el terreno cinematográfico, la actriz participó en las dos entregas recientes de Scream. Próximamente se la verá en la segunda temporada de la serie de Netflix, así como en la secuela Bitelchús Bitelchús de Tim Burton.
Tras su paso por Star Wars, J.J. Abrams vuelve con una nueva película
Cinco años han transcurrido desde que J.J. Abrams estrenase en cines su última película. Fue en 2019, cuando llegó a las salas de cines Star Wars: El ascenso de Skywalker, la última entrega de la más reciente trilogía de la saga. Desde entonces, Abrams no se ha vuelto a involucrar como director en ningún otro proyecto, hasta ahora.
Star Wars: El ascenso de Skywalker fue un gran éxito en taquilla al recaudar más de 1.077 millones de dólares, pero creó una gran división entre los fans y la crítica, todo ello motivado quizá por los cambios que tuvo que hacer en una película de la cual en principio no iba a ser el director, pues este cometido era inicialmente para Colin Trevorrow, pero en Lucasfilm se decidió prescindir del realizador de Jurassic World.
Después de dirigir de forma exitosa Star Wars: El despertar de la Fuerza, ganándose críticas sobresalientes por ello y recaudar más de 2.071 millones de dólares para la que todavía hoy es la película con mayor recaudación de la historia en Norteamética, Abrams pasó el testigo a Rian Johnson. A tenor de lo visto en Star Wars: Los últimos Jedi, Johnson tuvo un concepto de la historia distinto al de Abrams, cambiando ciertas cosas que a buen seguro no estaban en la hoja de ruta del también director de Star Trek, complicando mucho la tarea de cara a adecuar el Episodio IX a la que era su visión.
Teniendo en cuenta esto, nunca sabremos cómo habría sido la trilogía en el caso de que Abrams hubiese dirigido las tres películas, pero lo que está claro es que, a raíz de esto, el director se ha tomado un tiempo de reflexión tras la vorágine que supone dirigir un título de una de las sagas más exigentes como es Star Wars. No sabemos todavía cómo será la nueva película de J.J. Abrams, pero estamos hablando de un director que tiene grandes títulos a sus espaldas como Misión Imposible III, Star Trek, Star Trek: En la oscuridad y Super 8.
