Blade Runner es una de las películas más icónicas de ciencia ficción de la historia, toda una obra de culto inpirada en la novela de Philip K. Dick, ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?, llevada a la gran pantalla bajo la dirección de Ridley Scott en 1982, protagonizada por Harrison Ford como Rick Deckard, un agente de policía perteneciente a las brigadas especiales de policía, los Blade Runners, encargados de encontrar y retirar a los replicantes.
A pesar de que la taquilla de Blade Runner fue discreta en su momento, consiguiendo recaudar apenas 41,8 millones de dólares a nivel mundial, la cinta se ganó una gran base de adeptos con el tiempo, incluso con Scott lanzando varios montajes de la misma, dejando una huella indudable en el cine, siendo el referente a seguir por muchas otras películas que vinieron posteriormente.
La popularidad de Blade Runner, la cual no había decrecido ni un ápice en 35 años — ni lo ha hecho — llevó a que en 2017 se estrenase la secuela titulada Blade Runner 2049 dirigida por Denis Villeneuve y protagonizada por Ryan Gosling. El director canadiense que había dirigido películas aclamadas por la crítica como Prisioneros, Sicario y La llegada, era ya uno de los directores más destacados del momento, ofreciendo una secuela de Blade Runner sobresaliente que se ganó el favor de la crítica y volvió a cautivar al público como lo hizo la original de Scott, aunque Villeneuve reconoce que se trata del proyecto más difícil al que se ha enfrentado hasta ahora.
Con motivo del estreno de Dune: Parte Dos, The Hollywood Reporter le ha realizado al director una extensa entrevista donde entre otros temas le preguntaron por Blade Runner 2049, y si consiguió ignorar la alargada sombra de su predecesora.
No nunca. Blade Runner es una de mis películas favoritas y es absolutamente una obra maestra. Ridley Scott es uno de mis cineastas favoritos y, aunque me había dado su bendición, fue muy importante para mí escucharlo y ver en sus ojos que estaba de acuerdo conmigo en hacer la película en ese momento. Pero estaba pensando constantemente en la película original mientras hacía Blade Runner 2049. Era imposible no hacerlo. Entonces, 2049 fue realmente una carta de amor a la primera película, pero fue, con diferencia, uno de los proyectos más difíciles que he hecho y no creo que vuelva a acercarme al universo de otra persona. A veces todavía me despierto por la noche y digo: '¿Por qué hice eso?'. Había rechazado algunos otros proyectos de esa escala, pero en ese momento me dije: 'Es un proyecto loco, pero vale la pena correr el riesgo de perderlo todo'.
Al ser la primera película de su filmografía en la que tomaba el testigo de otro director, en este caso uno de los más relevantes en la industria cinematográfica como es Ridley Scott, Villeneuve se vio influido por la iconicidad de Blade Runner, siendo víctima bajo su prisma de la devoción que le profesa a la cinta original. Este es un caso realmente particular, pues a pesar de que el público la considera una obra sobresaliente, el director canadiense no tiene esa percepción, cuando la realidad es que está muy pareja en términos de calidad con su predecesora.
