La trama de la segunda temporada de La Casa del Dragón se complica una vez llegados al ecuador de los ocho episodios que la componen, adentrándonos cada vez más de lleno en la guerra civil Targaryen, la cual ya se ha cobrado las primeras víctimas de enjundia, .como es el caso de Rhaenys (Eve Best), cayendo en batalla a lomos de su dragón Meleys tras su enfrentamiento con Aemond (Ewan Mitchell) y Vhaegar en Reposo del Grajo al final del episodio 4. Más allá de la espectacularidad del duelo, lo que llama la atención es el sacrificio que asume Rhaenys por un bien mayor, habiendo sido explicado por el director del episodio Alan Taylor.
En una entrevista con Entertainment Weekly, Taylor ha hecho referencia a los motivos que llevan a Rhaenys a sacrificarse, toda vez que sus opciones de escapar con vida eran reducidas debido a las heridas ocasionadas por el fuego de Vhaegar. Pero, para comprender realmente las motivaciones de Rhaenys para tomar esta decisión, hay que remontarse a la temporada 1 de La Casa del Dragón, poco después de la coronación de Aegon.
Esto se remonta a la primera temporada, a su decisión de no brindar por los Verdes cuando pudo haberlo hecho, y a la muerte de su nieto [Lucerys Velaryon, interpretado por Elliot Grihault] a manos de esta misma bestia. Tiene que volver a entrar. Daemon (Matt Smith) hace el astuto comentario de que gran parte de la guerra podría haberse evitado si Rhaenys hubiera quemado a los Verdes cuando tuvo la oportunidad.
Rhaenys intenta matar a Vhagar para acabar con el mayor activo de los Verdes en la guerra

Una vez que Rhaenys cae de lleno en la trampa que Criston Cole (Fabien Frankel) y Aemond han preparado para acabar con uno de los dragones de Rhaenyra, las opciones de salir con vida de esa situación son bastante escases, sobre todo con la llegada de Aegon (Tom Glynn-Carney) a lomos de Fuego Solar. Sin embargo, la experiencia y habilidad de Rhaenys le dan varias opciones de escapar, pero ella toma la decisión de volver para enfrentarse con Vhagar en una misión prácticamente suicida, de la que ella misma era consciente antes de partir de Rocadragón, tal y como ha afirmado Eve Best durante una entrevista con Variety, haciendo un paralelismo entre los dragones y una guerra nuclear.
El punto es que, en última instancia, sin importar lo que sintamos, por más apegados y devastados que estemos, el panorama general es que no debemos enviar dragones a la guerra, no debemos recurrir a la energía nuclear a cualquier precio. Entonces, cuando ella dice: "Yo seré quien haga esto", sabe que no hay vida después de eso. La elección de ir, ese segundo regreso para sumergirse con Vhagar, es una misión absolutamente kamikaze.
Por más que fuera un acto macabro quemar a los Verdes cuando tuvo la oportunidad, la decisión de no hacerlo sigue pesando en la conciencia de Rhaenys, hecho que afecta en su decisión de no huir. En la guerra que se aproxima, Vhagar, dragón más antiguo y grande de Poniente, es el mayor activo que tienen los Verdes y que a la postre puede marcar la diferencia, eso Rhaenys lo sabe, de ahí la decisión de intentar matarlo cueste lo que cueste, llegando a herirlo, pero finalmente el gigantesco dragón resurge para matarla.
Está por ver cómo influye esto en el bando de los Negros, y en especial Rhaenyra ahora que ha perdido a una persona de su plena confianza como es Rhaenys, prestando también mucha atención a las consecuencias que puede tener por parte de su marido Corlys, habiendo posibilidades de que este inicie una batalla naval para vengar su muerte.